Os proponemos conocer a fondo uno de los tesoros de la región, el Valle de la Fuenfría, un precioso enclave con abundante vegetación y numerosos arroyos.
El Valle de la Fuenfría constituye una unidad ambiental de suma importancia dentro de la vertiente madrileña de la Sierra de Guadarrama. Se localiza administrativamente dentro del término municipal de Cercedilla y sus límites físicos son el cerro Minguete (2.023 m de altitud) y el extremo occidental de los Siete Picos (2.138 m).
Precisamente, estos montes son los que le dan en parte a Cercedilla ese aspecto tan pinturesco, especialmente en invierno. La geología del Valle de la Fuenfría está compuesta en lo que a rocas se refiere por granito y gneis, y, dentro de los minerales, se pueden encontrar el cuarzo, el feldespato y los ferromagnesianos. Su vegetación se caracteriza principalmente por la presencia del pinar. Y, por último, en su fauna abundan los corzos, jabalíes, tejones y zorros.
En esta zona, existe una red de sendas señalizadas con las que podrás explorar la zona, desde paseos cortos, a rutas de alta montaña que atienden a distintos niveles de dificultad. Encontrarás marcas en los árboles con círculos de distintos colores, excepto el sendero de Gran Recorrido GR10, que tiene señalización internacional con marcas horizontales rojas y blancas.
Comenzamos por las rutas que exigen menos nivel de preparación, trayectos agradables que podréis realizar en familia o con amigos como la ‘Senda Victory’, el ‘Camino Puricelli’, el conocido ‘Camino Schmid’ que debe su nombre al excursionista Eduardo Schmid, y que enlaza el Puerto de Navacerrada con el municipio de Cercedilla y ‘Camino del Agua’ que te llevará a conocer canteras y construcciones realizadas para la recogida y distribución del agua.
Con un nivel de exigencia medio, encontramos la ruta circular de ‘Los Miradores’, que desde el año 1984 acoge la marcha montañera ‘Aurrulaque’, y que está dedicada a diversos personajes de la vida cultural española, vinculados a la Sierra de Guadarrama como Camilo José Cela, Giner de los Ríos o Luis Rosales.
Por último, los más preparados, se pueden atrever con las rutas que por sus desniveles o duración, requieren un poco más de preparación física. Es el caso de la ‘Calzada Borbónica’ construida en el siglo XVIII como vía de acceso al Palacio de la Granja, la senda ‘GR10’ que aunque es de trazado lineal consta de más de 14 kilómetros, ‘La Calle Alta’, que recorrer zonas en las que se instalaban campamentos juveniles, o el ‘Pico Majalasna’, cuyo nombre hace alusión a la cumbre más baja y separada de los Siete Picos.
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